MINGO Y ANIBAL...Y EL ROBO CASI PERFECTO


Era una noche tormentosa, en la que llovía a cantaros, en eso se me dio por prender el televisor aunque estaba ya casi dormido. Siendo la una recibo un llamado de Mingo mi ayudante, el me contó de un robo que el presencio hace unos pocos minutos en el museo internacional de la F.I.F.A ubicado en la ciudad de Barcelona, España. Lo primero que le dije fue que le avisara a la policía, de pronto la tormenta interfirió en nuestra comunicación y muy preocupado me fui a dormir.
A las 06:00 a.m. oí el enloquecedor ruido del despertador, realice mi rutina matutina, pero con el reemplazo de leche por café. Encendí el televisor y rápidamente cambie al canal de noticias, el titular de la mañana estaba relacionado con el robo del que Mingo me hablo anoche, el elemento hurtado fue el par de botines con los cuales Zinedine Zidane con los cuales, jugo su último partido oficial, este lo introdujo en la historia de su selección. Estos botines fueron donados a este museo, sabiendo que en el mismo se coleccionan grandes obras, elementos e indumentaria de grandes referentes del fútbol mundial.
Luego de haber escuchado esta noticia intente comunicarme con Mingo varias veces, lo cual no fue posible por los problemas que la tormenta había causado la noche anterior. Tome un baño, me vestí con mi ropa laboral, subí a mi auto, y me encaminé hacia mi local de trabajo. Al llegar allí lo primero que ice fue llamar a la madre de Mingo, ella me comunico la mala noticia de que el había sido secuestrado. En mi desesperación me contacte con Ricardo Páez gran amigo de Mingo y propietario de una avioneta, el se entero de la mala noticia por mi parte, así es que nos dimos a vuelo rápidamente hacia Barcelona, dos días después llegamos.
Eran las 09:00 p.m. hora española, al llegar, llamamos a la madre de Mingo y le pedimos su dirección, tomamos un taxi y nos dirigimos a la misma, ella nos recibió inundada en lagrimas. Nos mostró nuestras habitaciones y sin cenar nos retiramos a las mismas. De allí Ricardo llamo a su amigo ARTURO Ferrer, le pidió que le cuidase su avioneta, y que la albergara en unos de sus hangares. A la mañana siguiente Ricardo se despidió de nosotros y emprendió su vuelo de regreso.
Alquile una motocicleta de esas muy simples, y me dirigí hacia la policía para ver si ya tenían algún sospechoso en la mira. Al llegar a la estación no obtuve esa información, obligado tuve que explicar mi relación con Mingo y mi oficio de detective, siendo así, me dejaron intervenir en el caso y me comentaron que el sospechoso principal era Fabián Cortes, seguido de esto me mostraron el video tomado por la cámara de un cajero, allí se ve como Mingo es secuestrado, la persona que lo hace no puede ser identificada por la oscuridad de la zona, lo que si se alcanza a ver es la patente del automóvil. Por la información que obtuve supe que el propietario del automóvil era Francisco Prieto, residente de la zona norte de la ciudad, este identifico a su asaltante como Fabián Cortes un reconocido delincuente del lugar. Consulte la lista de ciudadanos residentes de esta cuidad y logre averiguar su dirección. Rápidamente me dirigí hacia la misma con tres agentes del grupo especial, me dirigí hacia su puerta y la golpee, los agentes por mi seguridad me digieron que ellos debían ingresar primero, dos de ellos lo intentaron ya que al girar la perilla la habitación exploto, estos murieron, el otro agente y yo solo quedamos un poco aturdidos.
Al voltearme puedo ver a cortes robando un auto de la vereda de enfrente tratando de darse al a fuga, el agente y yo subimos a la patrulla y nos internamos en una persecución cuyo final fue el muelle, desenfunde mi arma y rápidamente la situación se torno en un tiroteo infernal, mi acompañante cae muerto por un certero balazo que cortes efectúa, yo también pude acertarle uno a cortes en la mano, lo cual hizo que soltara el arma, velozmente subió a un bote, lo tenía planeado ya que lo estaban esperando allí abajo. No pude hacer más que observar como su figura se iba achicando a medida que se iba alejando.
Decepcionado me dirigí al hospital para sanarme. Allí estaba internado Mingo casi desnutrido, intente hablarle pero el no respondió. Me fui a descansar y como es habitual me levante a las 06:00 a.m., fui a visitar a Mingo y pude establecer con el una charla corta pero que lo dejo feliz, pero algo que lo dejo más feliz fue lo que vio, en la televisión, ay un tutilar, que afirma que Cortes a sido atrapado por la policía portuguesa. Dos semanas después ya en mi local recibo un llamado de Mingo, me contó que los botines fueron encontrados en el ataúd de la madre del delincuente.


Fin

Lucas Panza, Lucas Santos